Ser ofensivo: En el instante que poseamos las cartas de póker que estamos esperando, debemos jugarlas de forma ofensiva, debido a que probablemente hemos pasado muchas veces para obtener esas buenas cartas, así que hay que sacar el mayor provecho de esas cartas. Numerosos jugadores de póker cometen el fallo de jugar esas cartas mansamente, con esto le dan la posibilidad a los demás jugadores de poder obtener una escalera o algo mejor que nosotros. Si cualquiera quiere arriesgar debemos hacer que le cueste caro.
En el único momento en el que se puede jugar al póker lentamente es cuando poseamos la mejor mano posible, y ambicionamos se queden más jugadores en la mesa participando y poniendo dinero.
Nuestro perfil en la mesa de juego: Nuestro perfil en la mesa es muy trascendental, aunque numerosos jugadores no se dan cuenta. Tenemos que edificar un perfil para que los restantes jugadores digan “Este jugador juega muy bien al póker”. Esto se alcanza jugando sólo con buenas cartas, como lo hemos indicado primeramente. Los restantes nos observarán tirar las cartas malas y jugar con las buenas. Tampoco debemos tirar faroles al principio. Si nos damos la reputación de faroleros no vamos a conseguir introducir un solo farol en toda la sesión.
Debemos obtener la popularidad de ser un jugador sólido y nos será mucho más fácil tirar un farol en una situación en que verdaderamente lo necesitemos. Es decir que es vital lo que nuestros contrincantes vean de nosotros es decir nuestros gestos, nuestra formar de jugar y actuar nos dará la posibilidad de poder jugar aún mejor al poker y poder ganar fácilmente.
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